El P. François era una persona abierta y sensible a las aportaciones de los demás y recogía para los fraternos todo aquello que les hiciera bien.
Un ejemplo de ello es el regalo de la reflexión del brasileño.
Puedo asegurar que uno de los descubrimientos más estimulantes en mi relación con las personas discapacitadas ha sido éste: descubrir sus capacidades sobresalientes. Recuerdo una ocasión en la que tras, escuchar la intervención de una mujer con discapacidad, le dije: ¡Cuantas personas quisieran ser como tú! y ella me contestó: “Pero no estar como yo”. Inteligente contestación matizando la “diferencia entre ser y estar” y por otro lado mostrando sus “notables capacidades”, dentro de las “limitaciones” de ejercitar en una silla de ruedas toda su actividad.